V Encuentro “La Economía de
Trabajadores-Trabajadoras”
Venezuela – Falcón - Península de
Paraguaná - Punta Cardón
Del 22 al 26 de Julio de 2015
Crisis
en Europa y respuestas de los trabajadores y las trabajadoras en Francia
Intervención de Richard Neuville, Asociación para la autogestión
La crisis financiera de 2007 tuvo repercusiones
económicas muy importantes en el mundo y tocó particularmente Europa. La crisis
económica de 2008 fue la más violenta desde el 1929 y se caracteriza por su
duración. Afectó en primer lugar las clases laboriosas y populares con despidos masivos que engendran una desocupación
de masa y un desarrollo inédito de la precariedad y la flexibilidad. Esa crisis
fue instrumentalizada para justificar la ofensiva de las clases dominantes en
un centro del capitalismo y en la periferia
próxima (algunos países de Europa del Sur y del Este). En Francia, las
multinacionales persiguieron su movimiento de concentración y se aprovecharon
de la situación para aumentar las des-localizaciones y los planes de
destrucción de puestos de trabajo. Los trabajadores reaccionaron y lucharon
para preservar sus empleos. Después de un proceso de luchas defensivas, ciertos
equipos sindicales y de trabajadores pusieron en debate la cuestión de la
recuperación de las empresas. Hoy, Francia se caracteriza como el país europeo en el
cual se encuentra el mayor número de empresas recuperadas por los trabajadores.
1. Algunos
elementos de análisis de la crisis y sus efectos desastrosos en Europa
Desde el año 1980, el capitalismo en su versión
neo-liberal está en la ofensiva, se caracteriza por una tasa de desocupación de
masa y la complejidad de la globalización financiera. Para remediar la baja
tendencial de la tasa de provecho y aumentar las tasas de explotación y de
reproducción del capital, las multinacionales atizan la competencia capitalista
gracias a la financiarización universalizada. Esta ofensiva se traduce
particularmente por nuevas formas de esclavitud asalariada en las empresas, una
"acumulación por des-posesión" en las economías dominadas, y una
penetración de las sociedades más periféricas para el acaparamiento de las
tierras.
La presión fuerte sobre los salarios tuvo un impacto
negativo sobre el consumo, que afectó las salidas de la producción que solamente
la economía de crédito sofisticado y la extensión del espacio capitalista
pudieron compensar durante cierto tiempo.
A finales de 2007, la economía de crédito y la
especulación generalizada alcanzaron sus límites y se produjo la explosión de
la burbuja financiera a partir de los famosos “créditos tóxicos". Después,
la transferencia de las pérdidas de los bancos sobre las finanzas públicas,
justificada por los gobiernos para "salvar la economía", le permitió
a la burguesía reactivar el asalto contra los déficit públicos. Esta
orientación alimentó planes de austeridad muy duros por todas partes, pero
particularmente en Europa. Las reformas de la regulación bancaria contra la
especulación fueron extremadamente limitadas, mientras que la concentración
bancaria aumentó.
La zona euro es la más amenazada por la fragilidad porque
reúne capitalismos heterogéneos, y una política monetaria y de crédito que
amplió la crisis de una duración inédita. Las diferencias de evolución de los
PIB alcanzan un nivel récord: Europa del norte: + 3 %, Europa del sur: - 9 %
entre 2007 y 2013. Aunque no se redujeron desde el 2007, las deudas públicas y
privadas están contenidas por el Banco Central Europeo y los nuevos
instrumentos de regulación: Fondo europeo de estabilidad financiera, Mecanismo
europeo de estabilidad.
Los países de Europa del sur e Irlanda se vieron imponer
"purgas" drásticas. Alemania y Europa del norte no están tocadas,
pero Francia conoce ataques sociales sin precedente desde el medio del siglo XX
y la presión de la competencia fiscal se refuerza por todas partes.
La crisis económica en cada país está instrumentalizada
para justificar la ofensiva de las clases dominantes. Las batallas para la
competitividad, contra los derechos y las experiencias sociales, para el merchandising
del medio ambiente sirven cada vez más la desregulación liberal.
La competencia para las inversiones internacionales y las
des-localizaciones, entre continentes, entre país y en el interior mismo de
cada país están utilizadas cada vez más visiblemente para reforzar la
esclavitud asalariada. El trabajador está cada vez más precarizado, con una
articulación de trabajadores seguros y de trabajadores pobres precarizados
dentro de las mismas empresas.
Las multinacionales persiguen su movimiento de
concentración y refuerzan sus poderes frente a los Estados. Por lo tanto, los
provechos continúan orientándose hacia la distribución de la renta a los
accionistas, más que hacia las inversiones productivas. En Francia, la parte de
los sueldos socializados
bajó de 10 puntos en 30 años.
El despliegue de la crisis económica actual fue mundial,
pero desigual según los continentes. Por el momento, global-mente no podemos
hablar todavía de salida de crisis, 7 años después de su explosión: los
provechos no están consolidados, la "recuperación" económica aún es frágil
y los elementos de desestabilización son muy importantes.
La negociación final - y secreta - de un nuevo tratado de
libre cambio para un gran mercado transatlántico (dicho "TTIP" o
"TAFTA"), que dará lugar a una competencia sin freno de los sectores
enteros de las economías europeas (servicios y mercados públicos, protecciones
sociales, culturales y medioambientales), daría así a los grandes grupos
privados derechos extravagantes para explotar a los pueblos y la naturaleza.
Conviene añadir que las negociaciones prosiguieron entre la UE y el Mercosur
con vistas a un acuerdo de libre comercio.
En Europa, hubo que esperar el año 2013 para ver una
recuperación pero fue un año de crecimiento económico débil o de recesión más o
menos fuerte según los países. Esta situación se confirmó en 2014 con un casi
estancamiento de las economías y un ligero crecimiento al principio de 2015.
En Francia, después de un año de casi-estancamiento
(0,4%) en 2013, la situación en 2014 (0,4%) no mejoró e incluso el riesgo de
deflación apareció con la baja de los precios y de los salarios a causa de la
compresión de la economía[1].
En el primer trimestre 2015, la tasa de crecimiento progresó en el 0,6 % y las
previsiones son del 1,2 % para este año con una progresión del poder
adquisitivo de los hogares y la tasa de margen de las empresas[2]. Por ahora, podemos hablar sólo de una recuperación
económica frágil y la tasa de desocupación sigue siendo muy alta.
Una
desocupación de masa y formas atípicas de empleo
Esta ofensiva se apoya sobre una tasa de
desocupación de masa, que pasó de 6,8% en enero de 2008 a 10,9% en junio de 2013 de la población activa en la
Unión europea (9,0% en diciembre de 2014 pero alcanza el 11,4% en la zona euro)[3].
En la UE, el número de desempleados culminó a 26 millones en 2013, o sea un
aumento de 10 millones con relación a 2008. Sin embargo, existen unas diferencias
importantes dentro de la UE: 5% en Alemania y 20 % en los países del sur del
continente (26% en España, 27% en Grecia). En diciembre de 2014, la tasa de
desempleo de jóvenes se estableció en el 21,4 % en el UE28 y en el 23,0 % en la
zona euro, respectivamente contra el 23,1 % y el 23,9 % en diciembre de 2013.
Las tasas más bajas en diciembre de 2014 han sido observadas en Alemania (7,2
%), en Austria (9,0 %) así como en Países Bajos (9,6 %) y las más elevadas en
España (51,4 %), en Grecia (el 50,6 % en octubre de 2014), en Croacia (el 44,8
% por cuarto trimestre 2014) y en Italia (42,0 %)[4].
También conviene apuntar la subida general de
la precariedad laboral y la flexibilidad del empleo. Las mujeres son las
primeras víctimas, así como los jóvenes, porque se experimentan primero las
técnicas de precarización con estas dos categorías. Según la quinta encuesta
europea sobre las condiciones de trabajo, a finales de 2013, el 80 % de los
asalariados gozaban de un contrato indefinido en el seno de la Unión[5].
El tiempo parcial representa hoy el 19,2 % de los empleos.
Estas " formas atípicas " de
trabajo reagrupan un conjunto muy heterogéneo de situaciones: contrato temporal, interinidad, trabajo
estacional, el tiempo parcial, trabajo independiente. El conjunto de las formas
de contratos temporales, interinidad y representan hoy el 15,7 % del empleo
asalariado total. Además, el empleo atípico evoluciona hacia unas formas
"muy atípicas, tales como los contratos temporales y los tiempos parciales
muy cortos, incluso el contrato de cero horas que se desarrolla particularmente
en el Reino unido.
Otra forma de empleo atípico: el tiempo
parcial está considerado como impuesto por el 27,6 % de los asalariados concernidos
según los datos de Eurostat. Allí también se observan niveles
espectaculares al sur de la Unión: el 65 % en Grecia, el 60,9 % en España. O sea
cerca de dos veces más que en Francia (31,5 %) y casi cuatro veces más que en
Alemania (16,6 %).
Las formas atípicas de empleo tocan sobre
todo dos categorías de la población: los jóvenes y las mujeres. A los primeros
particularmente les toca el trabajo temporal y el corte es muy neto con las
generaciones precedentes, como lo muestra la encuesta europea sobre las
condiciones de trabajo. Si el 85 % de los asalariados entre 45 o 54 años gozan
de un contrato de trabajo a duración indeterminada, y si todavía es el caso del
76 % de los 25-34 años, sólo 50 % de los nuevos asalariados dependen de este
estatuto de empleo. Para los más cualificados de los jóvenes, se trata sin duda
de un tamiz, mucho más largo que el de las generaciones anteriores, hacia el
contrato indefinido. Para los menos cualificados, a menudo significa una
alternancia entre contratos cortos y desocupación.
En cuanto al tiempo parcial, el desequilibrio
de género, esta vez, es neto en la Unión Europea: si el 7 % de los hombres
tienen el tiempo de trabajo inferior a las 20 horas a la semana, es el caso del
19 % de las mujeres.
Los jóvenes son las primeras víctimas de la
crisis en Europa. En marzo de 2014, 5,340 millones de jóvenes europeos (fuera
de estudiantes) no tenían empleo en Europa. Por todas partes en la Unión
Europea, desde Portugal hasta Europa del Este, las tasas de desempleo entre los
menos de 25 años permanecen muy elevadas. El 22,8 % de los jóvenes están
buscando un empleo en la Unión Europea, lo que deja presagiar una generación
"perdida" (el 23,7 % en la zona euro).
España y Grecia son particularmente tocadas
por esta plaga, y registran una tasa catastrófica del 53,9 % y el 56,8 % (julio
de 2013) respectivamente, mientras que Alemania se saca de este aprieto con 7,8
% de jóvenes desocupados en el país. Croacia (49 %), Portugal (35,4 %), Italia
(42,7 %), Eslovaquia (32,5 %) y Chipre (43,2 %) sobrepasan la barra fatídica
del 30 %. A la inversa, Austria (9,5 %) y Países Bajos (11,3 %) figuran entre
los alumnos buenos con Alemania. Francia (23,4 %) se sitúa en un nivel próximo
de la media europea (22,8 %).
Una
conflictividad elevada pero dispersa y desigual
En este contexto, observamos una multiplicación de
movimientos de masa con dimensiones económicas, sociales, institucionales y
ecológicas. Pero no existe un movimiento de amplitud a la escala europea.
En Europa del sur y en los Balcanes, frente a una
degradación sin precedente de las condiciones de vida, frente a los retrocesos
sociales, las rebeliones y las movilizaciones de masa son estructurales y se
reactivan pero las victorias son raras y no llegan a obtener una ruptura con la
austeridad. Hubo huelgas generales importantes en España, Grecia y Portugal,
movilizaciones interprofesionales en Francia pero no prorrogables. Las
centrales sindicales divididas aparecen como paralizadas y no quieren entrar en
un enfrentamiento con la clase capitalista. La Confederación europea de
sindicatos (CES), que agrupa la gran mayoría de los sindicatos de los distintos
países de la UE, sigue colaborando vergonzosamente con la Comisión europea.
En este panorama, las mareas ciudadanas de
educación, salud, cultura, etc. en España en contra de los recortes y
privatizaciones aparecen como movimientos originales y emergieron después de
décadas de atonía social en este país. En Francia, existen movimientos
ciudadanos por la defensa de los servicios públicos pero muy débiles y locales,
aquellos en contra de los grandes proyectos cualificados de “impuestos e
inútiles” son más importantes a causa de las consecuencias ecológicas
desastrosas. Esas luchas actualizan el repertorio de acciones desarrollando
nuevas formas de luchas, como las ocupaciones permanentes de “zonas que hay que
defender”.
Esas nuevas acciones se quedan en niveles locales o
nacionales y sólo hubo un día de huelga el mismo día a escala europea en
noviembre de 2012 en contra la austeridad pero con participación desigual según
los países. Existen también acciones simbólicas como Blockcupy en Fráncfort
cada año delante de la Banca europea o por iniciativa del Altersummit pero esas
movilizaciones no se sitúan a la altura de las circunstancias.
Con la crisis económica, las tendencias contrarrevolucionarias
reaparecen y observamos una subida de corrientes ultrareaccionarias en toda
Europa, ultra-derechistas en Francia y neo-fascistas como en Grecia. También
existe un fortalecimiento de la represión y de la penalización de los
movimientos sociales por parte de los Estados, como lo demuestra la ley de seguridad ciudadana en España.
En este contexto, es urgente construir alternativas
para abrir nuevas perspectivas de transformación social en el viejo continente.
En este panorama, las recuperaciones de empresas por los trabajadores ni
siquiera aparecen como la preservación de los empleos sino completamente como una
reconquista del aparato de producción y del papel de productor asociado y de
actor en una perspectiva de apropiación social más global.
2.
Alternativas y respuestas desde la economía de los trabajadores y las
trabajadoras en Francia
En el primer encuentro europeo de " La economía de
los trabajadores " en enero de 2014, tuvimos una visión de las
resistencias en países diversos y sobre todo en el Sur de Europa, países
más tocados por la crisis, el cierre de empresas y la desocupación: el estado
español, Francia, Grecia, Italia, Serbia. En estos países, los trabajadores se
organizan para construir alternativas. Si estas experiencias quedan todavía
marginales, revelan sin embargo una evolución reciente pero notable en la
conciencia de los trabajadores en Europa.
En Francia, la crisis provocó el cierre de
900 fábricas pero también 1.170 anuncios de reducción de efectivos, lo que
provocó la destrucción de 269 000 empleos industriales en 2008-2009[6].
Son cerca de 900.000 empleos industriales que desaparecieron en doce años. Durante esos dos años hubo conflictos sociales muy fuertes con ocupaciones,
en los cuales los asalariados reivindicaban indemnizaciones de despido más
importantes por parte de grupos que habían amontonado provechos enormes durante
los años 2000. La mayoría de las luchas fueron esencialmente defensivas y
limitadas a resistir a los "planes sociales" dictados por la lógica
accionaria.
En este contexto, la experiencia limitada de
Philips Electronique en Dreux tuvo el mérito de reactualizar la noción de
" control obrero " empezando de nuevo la producción del día 5 al día
15 de enero de 2010 cuando la dirección quería abandonar la planta.
Su objetivo era mostrar a la dirección y a los medios de comunicación que
eran capaces de producir solos.
Ya en 2009, los 283 trabajadores de Molex -empresa
de conexión automóvil- intentaron recuperar la empresa de capital
norte-americano, que quería trasladar la tecnología y cerrar la planta. El
asunto será juzgado sólo en marzo de 2014 en el tribunal (Consejo de Prud’hommes)
y dará la razón, pero demasiado tarde, a los trabajadores.
Durante el invierno 2010-2011, Sea France, quien
pertenecía a una empresa pública (La SNCF) y aseguraba la travesía del mar de
la Manche entre Calais y Douvres se declaró en quiebra. La UE negó una
capitalización del Estado. Los 870 trabajadores crearon una cooperativa, en
alianza con Euro Túnel que adquirió los buques. Eso permitió salvar 500 puestos
de trabajo hasta que en julio de 2015, Euro Túnel decidió romper el contrato y vender los
buques, lo que provocó una puesta en observación judicial de la cooperativa. A
menudo, los trabajadores bloquean el puerto para obtener satisfacción y apelaron
a la justicia para discutir la decisión de la empresa Euro Túnel. La situación
es crítica pero los trabajadores siguen luchando.
A partir del año 2011, hubo una evolución en la
conciencia de la clase trabajadora. Si los cierres de empresas prosiguieron a
un ritmo más lento, los trabajadores se dieron cuenta de sus capacidades y
pusieron en debate cada vez más la posibilidad de recuperación de las empresas.
Estos últimos años, varias empresas se recuperaron,
entre las cuales las más conocidas: la compañía de ferry-boats Sea France, las
acerías de Ploërmel, la SDAB (Marisqueros bretones), la imprenta Helio-Corbeil,
la fábrica de mueble Arfeo, los tejidos Fontanille, la oficina de proyectos en
la electrónica SET, la fundición Gillet (Tarn), el periódico Nice-Matin (Niza),
la “Fábrica del Sur” ex Pilpa (Helados), la librería de los Volcanes, la carpintería
Labat y Sierra y recientemente, la Compañía Alpina de aluminio (Saboya) y Fralib
(acondicionamiento de té e infusiones) que acaba de reactivar la producción en
cooperativa después de una lucha ejemplar con ocupación de la fábrica de 1 336
días en contra de la multinacional Unilever.
La lucha
ejemplar de los trabajadores de Fralib
La lucha de los trabajadores de la fabrica Fralib
en Gémenos (cerca de Marsella) empezó en septiembre de 2010 para acabar en mayo
de 2014 en resistencia al traslado de la producción en Polonia. Tuvo un impacto
muy importante en toda Francia con una cobertura de los medios de comunicación
inédita y la solidaridad del movimiento obrero. Un acuerdo fue concluido
previendo el pago de 20 millones de euros de indemnización y para crear la
cooperativa. Los trabajadores decidieron rechazar las indemnizaciones
propuestas para preferir un proyecto de recuperación en cooperativa, en vez de un
nuevo dueño que se hace cargo de una empresa. Desde el principio del conflicto,
los trabajadores eran conscientes que su empleo estaría mejor protegido si
estaba entre sus manos. A esta voluntad de conservar el empleo, se añade un
deseo de volver la página de una producción poco respetuosa en el plano
ecológico. Su proyecto de cooperativa integra la necesidad de reactivar
sectores locales de aromas naturales y de anudar relaciones de comercio justo
con proveedores de tés, como lo demuestra el acuerdo con una cooperativa del Vietnam. Después de 1336 días de
conflicto, un convenio fue firmado con Unilever en el cual este grupo pagará al
final 20 millones de euros en calidad de indemnizaciones y en calidad de ayudas
al lanzamiento del SCOP. El 26 de mayo de 2015, los 50 nuevos socios de la
empresa nueva SCOP-TI estaban muy orgullosos de presentar sus dos nuevas gamas
de productos. La producción volverá a empezar el verano de 2015 para estar
presente en los rayos de supermercados desde el otoño. Además, la cooperativa
pudo obtener una certificación orgánica.
Otro conflicto parecido de manera extraña a Fralib:
el de Pilpa que dará origen a la Fábrica del Sur, otra cooperativa de
producción (SCOP). Se trata de una fábrica de helados basada en Carcasona que
recientemente había sido comprada por un grupo de inversiones, R*R, número uno
europeo de helados vendidos bajo marca de distribuidores. Nueve meses después
del rescate, el cierre fue anunciado el 5 de julio de 2011. Los trabajadores
lucharon contra éste con, allí también, la perspectiva del mantenimiento de la
actividad en el mismo lugar. Nueve meses más tarde, un acuerdo fue encontrado
con el grupo que autorizó que una cooperativa mantuviera la actividad de
helados con la sola condición de que ésta no vendiera bajo las marcas de
distribuidores. Allí también, la nueva entidad, la Fábrica del Sur privilegia
una producción de calidad con productos naturales y de preferentemente locales.
La producción se inició en la primavera de 2014 y los primeros resultados están
alentadores. La movilización de la población local durante el conflicto
desembocó en la creación de una asociación de apoyo al proyecto, Les Amis de la
Fabrique du Sud (los Amigos de la Fábrica del Sur). Con la afiliación y la
contribución de un millar de ciudadanos, pudo participar en la capitalización
de la cooperativa y contribuye a dar a conocer los productos y asegurar ventas
militantes en distintas manifestaciones.
Último ejemplo de lucha en contra de una
multinacional: desde hace dos años, en el este del país, 161 trabajadores de la
papelería más antigua de Francia en Docelles (creada en 1478 en el Este del
país) luchan contra la multinacional finlandesa UPM que cerró definitivamente
la empresa en enero de 2014 y se negó a ceder el sitio para seguir produciendo
en cooperativa. Los trabajadores tienen el apoyo de los cargos políticos locales
pero de momento ninguna solución ha sido encontrada.
Estos casos de recuperaciones de empresas
demuestran una tendencia en la actitud de los trabajadores frente a los cierres
de fábricas y el inicio de un proceso que deberá ser medido sobre un período más
largo para saber si es simplemente coyuntural o más estructural, a la imagen de
la situación argentina.
La
evaluación compleja del proceso de recuperación
No existen estudios que permiten evaluar la
amplitud del proceso de recuperación de empresas por los trabajadores en
Francia. Es pues imposible contabilizar el número de casos desde el principio
de la crisis o las precedentes porque hubo algunas recuperaciones antes, como
lo ilustran las empresas aisladores eléctricos Ceralep (2004) o las acerías de
Ploërmel (2005).
Por lo que sabemos, los datos únicos y disponibles son
los que emanan de la federación nacional de las SCOP. En el año 2014, 277
sociedades cooperativas de trabajo y participativas (SCOP et SCIC)[7]
fueron creadas, con lo que el total ascendió a 2 680 empresas cooperativas
(2 222 SCOP y 408 SCIC) afiliadas a la federación nacional de las Scop, que
agrupan 51 000 asalariados, es decir el 0,2 % del empleo total en Francia[8].
En el año 2014, el 13 % de las cooperativas creadas fueron unas recuperaciones
de empresas en dificultad y el 20 % de transmisión de empresas, cuando el dueño
se jubila y prefiere dejarles la empresa a sus trabajadores en vez de venderla al capital extranjero, lo que es
presentado como una particularidad francesa. Pero los datos de 2013 indicaban
que las recuperaciones fueron proporcionalmente más importantes respecto de las
transmisiones por los fundadores. La media del conjunto de las cooperativas
corresponde a 19 trabajadores.
El mantenimiento del empleo es la principal motivación de
estas recuperaciones. Pero éstas provocan una baja significativa del empleo:
181 trabajadores en Fralib y ahora 50 en la cooperativa; une centena en Pilpa y
ahora una veintena en la Fabrique du Sud. Pero estas experiencias permiten
desarrollar una nueva relación en el trabajo en la cual la forma de explotación
desaparece. Es un principio de des-alineación que se caracteriza
particularmente por unas interrogaciones sobre el sentido de la producción y el
contenido social y ecológico de la producción.
Si estas cooperativas no son una receta milagrosa que permitiría
burlar la crisis - las quiebras de SCOP existen también - estas empresas son
más perennes sin embargo que otras. Su tasa de fracaso a cinco años es del 36 %
contra el 50 % del conjunto de las empresas.
Frente a los cierres de sus empresas, cada día más los
trabajadores no vacilan para preconizar la recuperación de su empresa en
cooperativa como solución única para preservar el empleo. Por eso, estas
recuperaciones se hacen actualmente sobre un modo defensivo - la protección del
empleo - y muy a menudo, los efectivos bajan entre el anuncio del cierre y la
reactivación en cooperativa de trabajo.
Las transformaciones en cooperativas permiten
efectivamente conservar una actividad en el mismo lugar y asegurar que no
estará des-localizada, a pesar de una erosión significativa de los empleos.
Cuando el trabajador es próximo de la jubilación o cualificado hasta el punto
de encontrar un trabajo muy rápidamente, no participa siempre en la recuperación
propiamente dicha.
Pero estas recuperaciones de empresas nos
enseñan algo muy importante. Les permiten a los trabajadores contemplar una
nueva relación en el trabajo en la cual la sujeción ya no es la regla, en la
cual las decisiones se toman entre pares, en la cual la integridad de los frutos
de su trabajo vuelve a los trabajadores. En todas estas experiencias un
principio de desalineación se produce como lo demuestra el hecho de que casi
siempre los nuevos asalariados-socios se interrogan sobre el sentido de lo que
ellos producen y procuran dar un contenido social y ecológico en su trabajo.
La Asociación para la autogestión trata modestamente de apoyar
a los equipos de trabajadores, de federarlos, de popularizar sus experiencias
difundiendo a partir de su página Web y la organización de conferencias y
debates con los trabajadores implicados en esas recuperaciones.
Los datos necesitarían un análisis más detallado, pero
demuestran que varias empresas están recuperadas por los trabajadores en
Francia. La ausencia de trabajos académicos es perjudicial. De momento, no hay
interés de parte de los universitarios e investigadores.
Con la concentración del capital y la dominación de las
multinacionales, los trabajadores están confrontados con cierres de empresas rentables,
cerradas por razones de competencia entre los trabajadores dentro de la UE para
aumentar los provechos. Esas empresas se oponen a la continuación de la
producción. Por eso, no quieren vender o ceder las fábricas, lo que complica a
menudo las tentativas de recuperaciones.
En Francia, las recuperaciones múltiples de empresas por
los trabajadores atestiguan que otra economía, una economía de los trabajadores
es posible. Dar a conocer esa otra economía es el medio más seguro de reactivar
las luchas sociales ofreciendo un horizonte a éstas, un horizonte por una
apropiación social más global.
Julio de 2015
Referencias
bibliográphicas
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web: http://www.autogestion.asso.fr/
Borrits, Benoît (2015), Coopératives contre capitalisme, Paris, Syllepse (Publicación prevista en otoño de 2015).
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2015,
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Benoît, « Papeterie de Docelles :
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Benoît, « De la coopérative vers l’appropriation sociale », Cerises,
28 mars 2014, Association pour
l’autogestion, http://www.autogestion.asso.fr/wp-content/uploads/2014/05/cerises_211.pdf
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Benoît, « De Pilpa à La Fabrique du Sud », Association pour l’autogestion, 30 janvier 2014, http://www.autogestion.asso.fr/?p=3884
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prevista en otoño de 2015).
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Neuville, Richard,
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Neuville, Richard,
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Neuville, Richard, « Ceralep
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Editions Syllepse, Paris, Mai 2010.
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Norman, « Quand des métallos deviennent propriétaires de leur usine »,
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[1] Fuentes INSEE: http://insee.fr/fr/indicateurs/ind26/20150213/PR144.pdf
[2] Fuentes INSEE:http://insee.fr/fr/indicateurs/ind28/20150624/RD151.pdf
[5] 5th European working Conditions Survey http://www.eurofound.europa.eu/sites/default/files/ef_files/pubdocs/2011/82/en/1/EF1182EN.pdf
[6] Guillaume Duval, Revista Alternatives économiques, N°288, Janvier 2010.
[7] SCOP : Sociétés coopératives et participatives
(Sociedades cooperativas y participativas), antes llamadas cooperativas de
producción ; SCIC : Sociétés coopératives d'intérêt collectif (Sociedades
cooperativas de interés colectivo): http://www.les-scop.coop/sites/fr/les-scop/qu-est-ce-qu-une-scop.html
[8] Fédération nationale des SCOP - Les chiffres-clés 2014 : http://www.les-scop.coop/sites/fr/les-chiffres-cles/
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